lunes, 2 de mayo de 2011

Las reuniones en el Yunque

Recuerdo bien las reuniones que teníamos en el Yunque. La verdad es que costaba un poco ir, era un esfuerzo, lo que creo que era positivo. No negaré que no siempre me apetecía, pero lo que hacíamos allí y cómo y por qué lo hacíamos me resultaba atractivo y me ha servido después para mi vida profesional y familiar. Hay que cumplir con la obligación cueste lo que cueste.
En todas las reuniones siempre constaba de, como mínimo, tres partes: una parte de espiritualidad, una parte de formación y una parte de acción, que era la que me gustaba: planificar qué hacer durante la siguiente semana
El desarrollo de la reunión en el Yunque era lo más parecido a lo que puede ser cualquier reunión semanal de un departamento en una empresa, pero mejor. Porque la mayoría de los días, terminábamos tomando unas copas en algún lugar, barato, por supuesto, porque no teníamos- como estudiantes que éramos- mucho dinero.